Bucky quedó varado en 1971 en el río Nambucca y le llevaron directamente al Dolphin Marine Magic, en Australia, que pretendía ser un centro de recuperación cuando el propietario abrió pero donde día tras días los delfines son explotados para entretener al público.
(Foto Australia For Dolphins)
Tiene 47 años y todavía participa en los espectáculos que realizan a diario en ese delfinario. Además, el centro ofrece interacciones con delfines para los visitantes, y Bucky ha de trabajar en esa actividad también. Para un delfín, 47 años es una edad muy avanzada y, como para las personas, las necesidades biológicas y los ritmos fisiológicos cambian mucho en esta etapa.
Por si fuera poco, Bucky se está recuperando de un cáncer y vive en un tanque que ni siquiera cumple los estándares mínimos requeridos para el mantenimiento de cetáceos, pero aún así, a los propietarios del centro, les permiten seguir utilizando a estos animales para obtener beneficios económicos.
¿Quieres ayudarle?
Firma esta petición para exigir que le dejen descansar de una vez por todas.
No visites centros que mantienen cetáceos en cautividad.
14 de julio 2016